miércoles, 23 de enero de 2019

TOYOTA SUPRA MK IV


















El Supra dio en realidad sus primeros pasos en el mercado japonés como Celica XX (Celica Supra en otros mercados) en 1978. Se trataba de una variante más larga, ancha y potente del Celica, con un afinado motor de seis cilindros y un porte más lujoso, perfecto para el floreciente mercado de los turismos en Norteamérica.

En 1982, el Supra llegó a Europa con una imagen totalmente nueva basada en la tercera generación del plataforma del Celica. Con sus prominentes y agresivos pasos de las ruedas y sus espectaculares faros frontales elevables, además de un indefectible potente motor, el Supra atraía las miradas y encajaba a la perfección con el diseño y la cultura de los ochenta.

La esperadísima cuarta generación del Supra, aparecida en 1993 con un largo capó y unas líneas muy fluidas, debía mucho a las raíces del 2000GT. El uso de materiales ligeros —incluso las fibras de las alfombras eran huecas para reducir la masa— ayudó a los ingenieros a recortar el peso 100 kg en comparación con su predecesor. Al añadir a la mezcla el potente motor de 3 litros con doble turbocompresor del Supra, el resultado era explosivo; el recién llegado japonés llegaría a quitar el sueño a fabricantes de supercoches italianos y alemanes.

Además de cosechar muchos éxitos automovilísticos entre 1995 y 2003, incluida la participación en las emblemáticas 24 Horas de Le Mans, el vertiginoso ascenso al Pikes Peak y un gran número de campeonatos nacionales e internacionales, el Supra se has ganado un lugar en la leyenda entre los fans de Toyota, y entre los aficionados a la personalización de vehículos y al mundo del motor en general en todo el mundo.

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